Mi cocina sólo tiene eco, está llena de nada, inmaculada.
Pronto eso cambiará.
Pronto se llenará.
De ingredientes.
De olores.
De calor.
De sabores.
De amigos.
De charlas.
De risas.
De vino.
De velas.
De ella.
De mí.
De los dos.
De niños.
Pronto mi cocina será feliz.
El hombre que mira.